¿Cómo surge la categoría de genocidio?

El término genocidio fue creado por el jurista Raphael Lemkin en 1944. Se trata de un neologismo compuesto por el prefijo griego genos (raza, tribu) y el sufijo latino cidio (aniquilamiento). Lemkin definió el crimen de Genocidio como “la aniquilación planificada y sistemática de un grupo nacional, étnico, racial o religioso, o su destrucción hasta que deja de existir como grupo”. Explicaba que dicho crimen no significaba necesariamente la destrucción inmediata y total de un grupo, sino también una serie de acciones planificadas para destruir los elementos básicos de la existencia grupal, tales como el idioma, la cultura, la identidad nacional, la economía y la libertad de sus integrantes.

La categoría de genocidio fue reconocida como parte del derecho penal internacional en 1948, el mismo año de creación de la Organización de Naciones Unidas (ONU).


El uso jurídico y el uso social de la categoría

Jurídicamente, la noción de genocidio fue aprobada en 1948 por la Convención para la Sanción y Prevención del Delito de Genocidio por parte de la Organización de Naciones Unidas (ONU), como un acuerdo para prevenir el genocidio y castigar a aquellos que lo planifican y lo llevan a cabo. La acepción jurídica consideró como genocidio las acciones llevadas a cabo contra un grupo religioso, étnico, nacional o racial, con el objetivo de destruirlo parcial o totalmente. la Resolución aprobada contemplaba que: genocidio significa cualquiera de los siguientes actos cometidos con la intención de destruir, total o parcialmente, a un grupo nacional, étnico, racial o religioso, tales como: (a) exterminio de miembros de un grupo; (b) atentado grave contra la integridad física o mental de los miembros de un grupo; (c) sometimiento deliberado del grupo a condiciones de existencia que puedan acarrear su destrucción física, total o parcial; (d) medidas destinadas a impedir los nacimientos en un grupo; (e) traslado por la fuerza de niños del grupo a otro grupo.

Sin embargo, la definición en términos jurídicos resultaría problemática. La perpetración de un genocidio difícilmente deja documentos que resulten probatorios de la planificación del acto criminal.

La acepción jurídica sostiene que el genocidio supone la destrucción de una población. Pues bien, cómo puede medirse qué ha sido objeto de la destrucción. En este sentido, la “destrucción” no implicaría solamente en aniquilamiento físico, sino que puede registrar otros modos de ejercerse: la destrucción de patrones culturales, por ejemplo.

De este modo, los genocidios son aquellas matanzas masivas planificadas desde el Estado que redefinen la identidad de una sociedad, estableciendo nuevas relaciones sociales y nuevos patrones identitarios, por medio del aniquilamiento de una fracción relevante de la población y extendiendo el uso del terror hacia la sociedad civil en su conjunto.

La sanción de los genocidios ¿evita la expansión de otros exterminios masivos?

La sanción de genocidio como una categoría jurídica del derecho internacional no sirvió como herramienta para frenar los exterminios masivos de población. Por el contrario, los genocidios se expandieron por los continentes.

A lo largo del siglo XX tuvieron lugar otros asesinatos masivos de población con diverso grado de planificación e implementación por parte de los Estados Nacionales. Durante la segunda mitad del siglo XX tuvieron lugar otras matanzas masivas, denominadas genocidios, en países como Ruanda, Darfur (Sudán), Camboya, Yugoslavia y Guatemala, entre otros. Incluso, la tipificación de genocidio para los regímenes totalitarios como las dictaduras militares en América Latina sigue siendo un tema de discusión.

¿Quiénes son los armenios?

Los armenios conforman un pueblo que comparte una peculiar tradición cultural que se remonta a épocas muy antiguas. Evidencias lingüísticas y arqueológicas permiten establecer que la historia de Armenia se remonta al III milenio a.C., y, como otros, han sido víctimas de un genocidio en el siglo XX. La ubicación geográfica de Armenia, altiplanicie situada entre las mesetas de Irán y de Asia Menor, el mar Negro y las llanuras de Transcaucasia y Mesopotamia, fue un determinante fundamental en el destino y el carácter del pueblo armenio. Sus recursos naturales contribuyeron a darle a la región importancia política, económica y estratégica.

Luego de más de cinco siglos de dominaciones extranjeras, la lucha por la supervivencia de un pueblo en permanente peligro de asimilación, aculturación y aniquilamiento, afrontaría desafíos cruciales. La experiencia traumática de las masacres de finales del siglo XIX en el Imperio Otomano, el genocidio de 1915-1923, la usurpación de gran parte del territorio nacional y la dispersión forzada de los sobrevivientes, amenazaron la continuidad de los procesos de transmisión de una identidad traumatizada.

¿Cómo se desarrolló el genocidio que los tuvo como víctimas?

Durante el transcurso de la Primera Guerra Mundial el Imperio Otomano cometió uno de los mayores genocidios de la historia, destruyendo una gran parte de su minoría armenia.

A comienzos de 1915 las derrotas militares turcas sufridas en Sarikamish, Dilman y Van aceleraron el proceso de persecución de los armenios. A partir de entonces, el plan sistemático de exterminio se perpetró en etapas. Tras el reclutamiento y posterior asesinato de los varones armenios mayores de 15 años, con la orden del ministerio del Interior del 24 de abril de 1915 se produjo la decapitación de la cúpula intelectual, es decir, el secuestro y asesinato de líderes sociales, políticos y religiosos que pudieran organizar la resistencia contra las políticas opresivas. En mayo de ese mismo año se sancionó la Ley Temporaria de Deportación que permitió el desplazamiento de “personas sospechosas”. Esto dio lugar a las deportaciones de la población restante, ya sin posibilidad de autodefensa y organización, que se llevarían a cabo casi simultáneamente en todo el territorio. El propósito de estas medidas era concentrar a todos los armenios en Alepo y de allí trasladar a los sobrevivientes a través del desierto sirio hacia Deir Zor.

Según el gobierno central, se trataba de una medida “de tiempos de guerra” cuyo fin era “proteger a la población”. Sin embargo, las mujeres, niños, ancianos y los pocos hombres que aún se encontraban en sus hogares fueron obligados a emprender una marcha hacia la muerte. Los bienes y las propiedades fueron calificados como “bienes abandonados” y confiscados por el gobierno; se cometieron robos y hurtos generalizados en el curso de las expropiaciones. Las víctimas fueron deshumanizadas, tratadas como una enfermedad, como un “elemento espurio” o como animales que debían ser aniquilados por el bien de la nación turca. Por decreto se prohibió prestar ayuda humanitaria a los deportados.

La intención detrás del uso de intermediarios para las operaciones de exterminio era desviar así la responsabilidad del gobierno central. También fueron recurrentes las violaciones y otros tipos de abusos sexuales.

Durante la primera mitad de 1915, más de 1.000.000 de armenios fueron exterminados. Los pocos sobrevivientes que llegaron al desierto sirio fueron abandonados sin alimentos, agua ni asistencia.

Primeros procesos de justicia y el inicio de la negación

Hacia el final de la Primer Guerra Mundial, el Imperio Otomano intentó desarrollar una estrategia con la esperanza de obtener resultados favorables al Imperio en la Conferencia de Paz de París. El 4 de noviembre de 1918, el Parlamento del Imperio Otomano resolvió someter a juicio militar a los responsables del Partido de los Jóvenes Turcos. Sin embargo, ninguno de ellos estaba aún en el Imperio Otomano pues habían escapado al exterior. El único que realmente recibió un castigo fue Kemal Bey, condenado a muerte en la horca.

A pesar de que la mayoría de los genocidas había salido del país, los juicios y las sentencias adquirieron una gran importancia simbólica que tendría su correlato en los juicios de Nüremberg y en los de Tokio, luego de la Segunda Guerra Mundial.

Desde el poder Kemal revirtió las condenas establecidas hasta el momento y el 31 de marzo de 1923 sancionó la ley 319 de la República Turca que extendió la impunidad a todos los que hubieran sido condenados por el tribunal militar anterior. De esta manera, el nacionalismo exacerbado de los turcos dejó de lado cualquier posibilidad de hacer justicia.

¿Cuáles fueron las políticas de memoria que se originaron alrededor de esta experiencia?

Para un pueblo como el armenio, que careció de un Estado nacional soberano hasta 1991, el ejercicio de la memoria y su exteriorización se realizó mediante la demanda del reconocimiento internacional del genocidio. Hasta 1965, el ejercicio de la memoria colectiva armenia se restringió al ámbito comunitario y se caracterizó por desarrollar actos marcados por el duelo y por ceremonias religiosas.

Solo una veintena de Estados han reconocido, mediante una resolución de carácter formal, la perpetración del genocidio armenio. La Argentina es uno de ellos. Distintas disposiciones legales, sancionadas por el Congreso de la Nación, han reconocido el Genocidio Armenio.

El 13 de diciembre de 2006, por ejemplo, el Senado y la Cámara de Diputados de la Nación sancionaron la Ley N° 26.199 declarando el 24 de abril “Día de acción por la tolerancia y el respeto entre los pueblos”, en conmemoración del genocidio sufrido por el pueblo armenio. La fecha evoca la decapitación de la cúpula intelectual del pueblo armenio por parte del gobierno otomano.

¿Qué fue el Nazismo?

Fue un movimiento político alemán liderado por Adolf Hitler, que llegó al poder el 20 de enero de 1933, tras haber triunfado en las elecciones. Una vez nombrado canciller, Hitler provocó el incendio del Reichstag (Parlamento) para después acusar a los comunistas y poder declarar el estado de emergencia y condicionar al anciano presidente Paul von Hindenburg a firmar el “Decreto del Incendio del Reichstag”, que abolió la mayoría de los derechos fundamentales consagrados en la Constitución de 1919 de la República de Weimar. De este modo, se puso fin al régimen democrático y se instauró una dictadura que agitaba el fantasma del comunismo.

Si queremos definir la ideología que encarnaba el Partido Nacionalsocialista Alemán de los Trabajadores (NSDAP, según sus siglas en alemán), podemos decir que combinaba un anticomunismo extremo con un nacionalismo radical. El nazismo desarrolló a lo largo de los años una política de discriminación y persecuciones sobre el pueblo judío que derivó en lo que se conoció como el Holocausto, con un fundamento ideológico sustentado en un racismo biológico según el cual la humanidad estaba dividida en razas superiores e inferiores en competencia por un mismo espacio vital. Desde esta perspectiva filosófica se sostenía una supuesta superioridad racial de la raza aria por sobre las demás.

¿Cómo surgió?

Tras el final de la Primera Guerra Mundial, la crisis de los regímenes liberales y el desarrollo de una revolución de carácter comunista en Rusia, caracterizarán el derrotero de la primera mitad del siglo. La emergencia del fascismo en Italia y el alzamiento de la República Española, que dará inicio a la Guerra Civil y, luego, a la dictadura franquista, se erigirán como las variantes totalitarias de posguerra. Es en ese contexto que emerge el nazismo, cargado de una prédica que condenaba el Tratado de Versalles, el armisticio firmado en 1919 por el cual Alemania asumía las responsabilidades y los costos de la guerra. De acuerdo a las condiciones impuestas por los vencedores, Alemania, debía pagar indemnizaciones por las consecuencias devastadoras de la guerra, desarmarse y realizar importantes concesiones territoriales. En el mismo marco, reinaba un fuerte descontento contra la República de Weimar, su tolerancia con la actividad desarrollada por los sectores comunistas, y una inflación que alcanzaba niveles nunca vividos.

Hacia 1923, el movimiento liderado por Adolf Hitler realiza su primera intervención pública trascendente: el Putsch de Munich o golpe de la Cervecería. Este intento fallido de golpe de Estado contra la República de Weimar concluye con la condena a prisión de Hitler. Durante su reclusión, escribe un texto que, rápidamente, se transforma en el programa del nacionalsocialismo alemán: Mein Kampf (Mi Lucha). En él están las bases ideológicas de su movimiento: una prédica anticomunista acompañada por un profundo antisemitismo.

¿Cómo fue el proceso ideológico-político que derivó en el genocidio?

En este apartado vamos a desarrollar una somera descripción de la evolución de las políticas de persecuciones que el nazismo fue desarrollando desde su ascenso al poder. Estaban centradas en los judíos pero también afectaron a los gitanos por su supuesta “inferioridad racial” y a otros grupos señalados por motivos políticos, ideológicos, religiosos o de elecciones sexuales. Entre ellos los comunistas, los socialistas, los testigos de Jehová y los homosexuales.

Los primeros escogidos fueron los opositores, comunistas y socialistas. En marzo de 1933 se creó el primer campo de concentración, en Dachau, donde se envió a estos grupos. Fue el primero de los campos que el régimen construyó en los distintos países que fue ocupando.

La primera escalada antisemita devino con el boicot a los comercios de judíos en abril de 1933, y la famosa “quema de libros” de mayo de ese año, transmitida por radio a toda Alemania.

En 1935 se aprobaron las Leyes de Nüremberg incluyendo la Ley para la Protección de la Sangre Alemana y del Honor Alemán, a partir de la cual se determinaba quién era ciudadano alemán y quiénes pertenecían a otras naciones o “razas”. Quedaban prohibidos los matrimonios entre arios y judíos así como las relaciones sexuales extramatrimoniales entre ellos. Esa disposición también se aplicaba a los matrimonios entre arios y gitanos o negros.

Las ordenanzas incluían, además, dos prohibiciones adicionales:
- A los ciudadanos judíos se les prohibía izar la bandera del Reich y la bandera nacional.
- Se les impedía contratar a empleados no-judíos en sus hogares.
A partir de ese momento nada fue igual porque ante todo lo que había quedado evidenciado era la inercia de una sociedad que no reaccionaba a pesar del incremento de la crueldad de las persecuciones.

Material Audiovisual

El genocidio armenenio

El huevo y la serpiente

Material de Lectura

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  • “Llegará el día en que termine esta horrible guerra y volveremos a ser personas como los demás, y no solamente judíos.”

    Anna Frank
  • “El crimen cometido por los alemanes es el más abominable que recuerda la historia de las llamadas naciones civilizadas. La conducta de los intelectuales alemanes -como grupo- no fue mejor que la de la multitud. Incluso ahora no hay signo alguno de arrepentimiento o de deseo real de reparar lo que se pueda después de tan gigantescos asesinatos.”

    Albert Einstein